martes, 13 de julio de 2010

Gloria Gaynor y los campos de concentración

What next rock concerts at Auschwitz? How desensitized to such atrocities has todays youth become? (bandofwhippets)

Este blog aun es muy jóven como para generalizar mucho sobre sus tendencias estilísticas, pero tanto por el motivo inicial de su creación (siendo hijo planificado, aunque a veces algo abandonado) como por el enfoque de mi proyecto de investigación, se ha centrado mucho en fenómenos relacionados con la blogósfera y las redes sociales del Perú. Obviamente dichos medios, si bien tienen sus sub-redes locales y nacionales, son de caracter transnacional y hasta global. Lo mismo pasa con los discursos y políticas de la memoria, que también forman sus versiones locales, nacionales o regionales dentro de un contexto y marco de referencia globales. Por ejemplo, tanto el caso del Holocausto, como el caso argentino o de Sudáfrica tuvieron - y siguen teniendo - una influencia inmensa - tanto dicursiva como práctica - en el campo político y los estudios de la memoria y reconciliación. Donde he tratado temas provenientes de otros lares, por lo general he tratado de relacionarlos de alguna manera con problemas que se están debatiendo actualmente en el Perú. Por un lado porque creo que las experiencias ajenas pueden ayudar a entender mejor los problemas propios; y por otro lado, claro, porque comparar y establecer relaciones me ayuda a reflexionar acerca del objeto de mis estudios (ni crean que soy tan altruista...).


Hace algo más de un año, en el contexto del debate por el Lugar de la Memoria (que entonces todavía se conocía por "Museo de la Memoria" y cuyo futuro aun quedaba en "veremos"), Carlos Meléndez, El Jorobado, publicó un post en el blog El Útero de Marita, titulado "mi memoria no es la tuya". En este post, Meléndez argumentó que los recuerdos que la mayoría de los peruanos guardaban acerca del conflicto armado interno no se parecían en mucho al discurso que promovía lo que llamaba "la sociedad civil de izquierda", o bien "el sector 'progresista' (lo que algunos llaman 'caviar')". El argumento del post no viene al caso aquí. La razón principal por qué lo menciono es una comparación metafórica que hizo Meléndez, y que provocó la ira de muchos comentaristas:
"En una muestra más de su desconexión con la realidad, la izquierda-no-gubernamental supone un peruano que no existe siquiera en su servicio doméstico. Lo cual le lleva a tácticas políticas y de lobby equivocadas, que agudizan aún más su elitismo y terminan generando antipatías en los que no comparten sus atajos ideológicos. Es como si el Perú fuera un patita que acaba de terminar con su novia, que anda medio tristón, pero quiere hacer el “move on” de una vez. Y es como si los “caviares” fuesen esa mancha de “amigos” insoportables que le dicen al susodicho: “chupa compare, emborráchate, llora, sufre”, que le amontonan de recuerdos, le ponen boleros cantineros, le restriegan en la cara fotos-momentos-Kodak de un pasado perfecto, etc., cuando en realidad lo único que el patita quiere es que lo dejen solo. No quiere salir a chupar, ni cortarse las venas. No ahora en todo caso."
De esta comparación, y de las reacciones que provocó,
me acordé cuando vi en el facebook de una amiga el siguiente video:



Traduzco el texto que acompañaba el video original (nota: tuve que cambiar el link porque eliminaron el video por asuntos de derechos de autor, segun youtube alguna entidad llamada APRA tendría algo que ver con eso... sorprendente...):

En un reciente viaje a Europa, una familia de tres generaciones (un sobreviviente del Holocausto, su hija y sus nietos) bailan la canción pop de Gloria Gaynor 'I Will Survive' en los campos de concentración y monumentos conmemorativos de toda Europa.
Esta danza es un tributo a la tenacidad del espíritu humano y una celebración de la vida. Es una afirmación que el hombre puede triunfar sobre la más oscura de las circunstancias y aún así esforzarse a encontrar la belleza y la paz. Del mismo modo, cada uno de nosotros tiene que enfrentarse al adversario de nuestras propias vidas y encontrar el espíritu "para sobrevivir. Al hacer este video, mi intención era presentar una perspectiva fresca a las generaciones más jóvenes que con frecuencia se vuelven insensibles a los horrores del Holocausto. Espero que 'Dancing Auschwitz' le permitirá a la memoria histórica seguir viva, para que las lecciones del pasado serán recordadas. Tanto mi madre como mi padre, además de ser mi inspiración, también han sido mi apoyo en todo este proyecto. A veces, cuando me he sentido cuestionada por la pertinencia del proyecto, me han recordado que 'SALIERON DE LAS CENIZAS - AHORA BAILAN!'"
Debo confesar que no terminé de ver el video completo. No podía. Habiéndo visitado el memorial del campo de concentración Buchenwald el año pasado - para mí una experiencia que aún no he encontrado la forma de verbalizar - la idea de bailar en un campo de concentración nazi al son de una canción que trata, precisamente, de "un patita que acaba de terminar con su novia, que anda medio tristón, pero quiere hacer el 'move on' de una vez", me daba náuseas, por más que uno de los bailarines sea supervivente de Auschwitz (y no me imagino a Meléndez chupando con sus compares en, digamos, el cuartel “Los Cabitos”).

Bailar 'I will survive' en Auschwitz, ¿es darle "una perspectiva fresca" que puede promover la sensibilidad a los horrores del holocausto, como plantea la autora del video, o es más bien una banalización insoportable (como me parece a mí)? ¿Es lo mismo como crear una cuenta facebook para un niño asesinado en un campo de exterminio (algo que a mí a primera vista me parece curioso, pero no me provoca ningún sentimiento de rechazo)? Frente a la muerte de cada vez más miembros de la generación supervivente del terror nazi y al supuesto desinterés (¿de verdad?) de los jóvenes por el tema, ¿cuáles son estrategias adecuadas, aceptables, deseables - y dónde están los límites (si no de lo permisible, ya que felizmente existe la libertad de expresión, quizás del buen gusto)?

Espero no decepcionar mucho si digo que no tengo la respuesta, pero que me parece importante la reflexión. Creo que la diferencia entre el video y el perfil facebook es que el último es un intento de crear un puente para facilitar la identificación y crear empatía con el destino una persona que - por la distancia histórica - puede parecer cada vez menos real; una forma de humanizar a los "6 millones" a través de la experiencia cotidiana de los jóvenes del siglo 21 (el uso de las redes sociales) y apelando a la condición humana que comparten con el niño asesinado. Este es un fin que me parece positivo y no creo que minimice la gravedad de la suerte que corrió el niño Henio junto a millones más. Aun así entiendo y respeto el malestar que provocó en algunos comentaristas. Bailar "I will survive" en los campos de exterminio nazis, en cambio, para mí no tiene este efecto. Aun no encuentro la "fórmula" para explicar el rechazo que me provocó el video. Quizás sea la invasión de lo "pop" en un espacio casi sagrado, el uso de un lugar que a mí literalmente me quitó el aliento como fondo de pantalla para un performance que no parece tener en cuenta el terror que inspira. Quizá la celebración dónde no parece haber nada que celebrar.

(Robé las fotos del facebook de Mariana Chacon Lozano, una de mis alumnitas en la escuela de verano "Societies in Transition - Latin America between Conflict and Reconciliation" que tuvo lugar el año pasado en la Friedrich-Schiller-Universität, ciudad de Jena, Alemania. La primera foto muestra una placa conmemorativa del llamado "campo pequeño", una parte del campo de concentración Buchenwald donde las condiciones eran especialmente terribles y que por razones políticas no formaba parte de la memoria oficial durante el régimen socialista; en la segunda foto estamos yo y Li Chun Hong, otro alumno de la escuela de verano, tratando de digerir el campo de concentración fuera de sus muros)

2 comentarios:

  1. Franka,

    Yo tambien quede muy impresionado por el video, aunque confieso que no tuve la reaccion de rechazo que expresas. Estoy aun en el nivel de la curiosidad.

    Creo que hay una diferencia muy sensible entre banalizacion y rutinizacion. La primera implica la destruccion del carisma de una persona (o el aura de un espacio) a traves de practicas inconsistentes con la ritualidad que el aura demanda. La rutinizacion es distinta: consiste en no retar el carisma, pero domesticarlo, normalizarlo, y me parece que esa rutinizacion es inevitable.

    En ese sentido, Gaynor en Auschwitz ocurre probablemente porque para algunos 3 generaciones ya han rutinizado el carisma. Ocurre tambien con la amplisima produccion cinematografica sobre el holocausto, que ha llegado ahora a explorar el humor y la ironia. No veo que eso vaya a ocurrir muy pronto en Los Cabitos, en Ground Zero, en Villa Grimaldi...

    Sigamos este dialogo. Hay una discusion en marcha muy interesante, que Jose Ragas sintetiza muy bien en una reciente entrega
    http://historiaglobalonline.com/2010/07/¿cuales-memorias/

    Eduardo

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  2. Hola Eduardo,

    muchas gracias por tu comentario y disculpa que no te haya contestado antes - recién lo vi!

    Es interesante lo que propones, como comenté en mi facebook la terminología de mi post era más bien cotidiana que de "alta teoría". Sin embargo me parece una idea interesante.

    Ahora, creo que tienes razón en cuanto a la rutinización que describes, aunque quisiera resaltar que esta rutinización no es global (o al menos no pasa al mismo ritmo en todas partes). Si bien no he estudiado a profundidad el asunto, mi impresión es que en la misma Alemania (y asumo que algo parecido pasa en Israél), esta rutinización aun no ocurre (o al menos no en el mismo grado). Mi impresión es que la memoria del holocausto es a la vez global, a través del cine Hollywood, y muy local. Me ha pasado varias veces que amigos peruanos eran mucho más "tolerantes" con por ejemplo películas que a mí y muchos de mis amigos alemanes nos molestaban un montón. Hay allí un componente de socialización y de identidad que creo que es importante para entender el fenómeno. (Lo mismo me acaba de pasar con mi último post acerca de la cuenta de facebook de Montesinos que aparentemente tocó más de la cuenta las sensibilidades de una persona que cité).

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